martes, 7 de junio de 2016

Pastel para enemigos de Derek Munson

Pastel para enemigos

Texto: Derek Munson

Ilustraciones: Tara Calahan King


Colección Álbumes Ilustrados

225 x 275 mm, 34 páginas

(+ 6 años) 2016





Por José R. Cortés Criado.

Es una historia ingeniosa que solo a un buen padre puede ocurrírsele. Los adultos desde el principio pueden sospechar el desenlace, pero un niño, desde su perspectiva e inocencia no sospecha cuál puede ser el final.

El protagonista es un niño que está muy contento porque su padre lo ayudó a construir una casa en lo alto de un árbol, su hermana estaba en un campamento, y jugaba en un buen equipo de béisbol; pero como la felicidad nunca es completa, apareció un nuevo vecino en el barrio que hizo cambiar las cosas.

La llegada de Claudio García alteró la vida del barrio, especialmente la del narrador de esta historia, que siente cómo se ríe de él cuando no juega bien, que además invita a su amigo Felipe a saltar en su cama elástica pero a él no..., en fin, por primera vez en su vida tiene un enemigo al que odia sobre todas las cosas.

Cuando le confiesa a su padre la presencia del enemigo, este le propone un método infalible, elaborar un pastel para enemigos, tal como su padre hizo hace muchos años cuando se topó que esos elementos que te hacen la vida imposible.

El padre saca su vieja receta y el niño quiere añadirle al pastel lombrices, piedras, hierbas...pero el padre rechaza su ayuda, en cambio le propone que vaya a verlo y sea amable con él para después poder traerlo a casa para comer el pastel.

Así lo hizo, se dirigió a casa de su enemigo, fue amable con él, pasearon juntos en bicicleta, saltaron en la cama elástica, subieron a la vivienda árbol, tiraron canastas, comieron juntos y cuando iban a degustar el pastel algo cambió.

Nuestro protagonista ya no tenía un enemigo, ahora le caía tan bien que intentó que no comiese el pastel, menos mal que su padre si lo comió y los dos niños lo hicieron después, comprobando que estaba delicioso.

Como a Carlos no se le cayó el pelo, ni le dolió la tripa, ni le olía mal el aliento, el protagonista sigue sin saber cuál es el secreto del pastel para enemigos, pero ya no le preocupa, porque ha perdido a su mejor enemigo.

Los dibujos son originales, muestran unos personajes de grandes cabezas en relación a sus cuerpos, en los que destacan sus grandes ojos expresivos junto a pequeñas narices y bocas.

Las páginas están totalmente coloreadas, en algunas hay planos descriptivos del entorno donde se mueven los personajes; en otros, planos expresivos de pequeños detalles de caras o del pastel.

Buen cuento con moraleja implícita que gustará a todo lector que se atreva a abrir sus páginas.

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