lunes, 11 de agosto de 2014

Con los animales no hay quien pueda de Emilio Calderón



Con los animales no hay quien pueda

Emilio Calderón

Editorial Anaya

Colección: Espacio Abierto.

ISBN 978-84-207-7516-6 

13,1 x 22,4 cm.

144 páginas.

Por José R. Cortés Criado.


En esta primera novela juvenil, publicada en 1996, Emilio Calderón nos presenta a un joven, Nicolás,  que con quince años se inicia en el mundo de la investigación detectivesca. Su padre, famoso biólogo, considerado sabio por muchas personas, cierto día decidió dedicar su tiempo a recuperar animales perdidos con la ayuda del método deductivo.

La importancia de este método la explica el progenitor apoyándose en el personaje de Voltaire, Zadig, que tras dedicar un tiempo a la observación de los animales y gracias a sus deducciones fue capaz de describir un perro y un caballo que nunca había visto, porque detrás de todo misterio hay una explicación lógica. También se muestra gran admirador de Sherlock Holmes, detective de fama mundial.

La novela comienza cuando Nicolás sustituye a su padre en la Agencia de Detectives Castor durante unas vacaciones de verano y se le presenta su primer caso, recuperar la mofeta perdida de un señor que se dedica a fabricar bombas fétidas con los gases emanados de estos animales.

Después debe averiguar el paradero de un chimpancé muy especial llamado Charlie, desaparecido de su jaula. El animal huyó cuando alguien asesinó al director del zoológico. La particularidad del animal es que se comunica a través del lenguaje de signos con las personas ya que conoce un determinado número de palabras.

A lo largo de la historia se mezclan otras investigaciones, unas relacionadas con las termitas, otras con las pulgas, además conoceremos a sus amigos y veremos cuales son sus gustos e intereses. A lo largo de la historia estará siempre presente la figura paterna y su método deductivo.

Si curioso es el hilo conductor del relato, mayor curiosidad se desprende de la cantidad de datos expuestos sobre el comportamiento de los animales: saber la fuerza que tiene un chimpancé, cómo se doman las pulgas, que un león bien comido es inofensivo, que los monos son muy cotillas o que los pájaros pogardos australianos cuando duermen no hay quien los despierte aunque lo agarres por el gaznate.

La estructura de la obra es lineal siguiendo el modelo de planteamiento, nudo y desenlace; la trama es la propia de las novelas policíacas, aunque también tiene un aspecto divulgativo al acercarnos al mundo animal, y atrapa al lector desde el principio, ya que desea saber cómo se resolverá el caso principal; además, tanto si te interesa la biología como si no, te sorprenderán una serie de informaciones curiosas sobre determinados animales que además les sirven al escritor para definir la prosopografía y la etopeya de los personajes.


Esa mezcla de géneros y de las vivencias de los jóvenes hace que la obra siga teniendo actualidad, porque el hacer bien las cosas, respetar a los animales, saber convivir con los demás, despertar al mundo adulto, madurar a lo largo de una lectura y utilizar el método deductivo en la vida diaria no pasan de moda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario